Mantener el catalizador de tu auto personal o de tu vehículo de trabajo en buen estado no solo te permitirá obtener un mayor rendimiento de tu coche o camioneta, sino que además te permitirá cuidar el motor y otras piezas fundamentales de tu vehículo. Asimismo, los autos con convertidores catalíticos emiten menos gases contaminantes, con lo cual un catalizador en perfectas condiciones contribuye, en definitiva, al cuidado del medioambiente y a prevenir la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. En este artículo, te contamos todo lo que debes saber sobre el convertidor catalítico de tu vehículo.
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¿Qué pasa cuando falla el catalizador de un auto?
Si te preguntas cómo saber si el catalizador de un auto está dañado, debes saber que los síntomas de un catalizador roto más habituales son los siguientes:
- Alerta de falla en el tablero de luces de tu vehículo: si tu auto es de fabricación reciente, puede incluir un sistema de auto diagnosis conectado con el computador del auto, el cual te alertará si hay un funcionamiento impropio del convertidor catalítico.
- El motor tiene menos potencia: si notas que tu auto ya no rinde como lo hacía antes, se demora más en partir una vez que presionas el acelerador o se esfuerza demasiado en pendientes pronunciadas, esto puede ser un signo de que el catalizador está comenzando a fallar.
- El motor se sobrecalienta: este es el escenario más frecuente cuando estamos ante un catalizador tapado. Por acumulación de suciedad o de líquidos propios del coche, tales como aceite o líquido anticongelante, el catalizador puede obstruirse con el paso del tiempo. Si este no permite una salida rápida a los gases producto de la combustión, el motor finalmente comenzará a sobrecalentarse, lo cual seguramente será alertado en el tablero de tu coche.
- Ruido de catalizador dañado: un catalizador roto provoca ruidos particulares, que podrás detectar fácilmente. En concreto, se oyen ruidos metálicos debajo del auto y en las cercanías del tubo de escape, que es donde se ubica esta pieza fundamental del vehículo.
- Mal olor y humo excesivo: finalmente, una de las señales más evidentes y habituales de que hay fallas del catalizador es la presencia de un exceso de humo saliendo del tubo de escape del vehículo, así como también de un olor no habitual que proviene del mismo. Debes considerar que el exceso de humo no solo será nocivo para ti, sino que también lo será para las personas de tu entorno. De igual manera, este síntoma de la existencia de fallas en el convertidor catalítico es muy visible para las autoridades del tránsito.
¿Por qué falla el catalizador?
El catalizador de un auto puede sufrir averías de tipo físicas en el material, tales como grietas o fisuras, generalmente causadas por cambios bruscos de temperatura. Como dijimos, también puede acumular suciedad con el paso del tiempo, lo cual le dificulta cumplir su función con eficiencia.
Asimismo, si no efectúas un mantenimiento general adecuado de tu coche, incluyendo la revisión de los niveles de aceite, la limpieza de las bujías, etc., esto terminará por afectar el estado del convertidor catalítico.
Si sospechas que el catalizador de tu auto puede estar fallando, lo recomendable es que visites un taller mecánico especializado. No solo porque, como mencionamos, un catalizador tapado u obstruido puede provocar sobrecalentamiento del motor, y por tanto un mayor desgaste del mismo, sino también porque las leyes del tránsito en Chile incluyen regímenes de circulación especiales para vehículos catalíticos, sobre todos en las grandes ciudades del país o en aquellas que presentan un peor índice de calidad del aire, particularmente durante los meses de invierno. Esto implica que, cuando tengas que realizar la revisión técnica anual de tu auto, deberás tener tu convertidor catalítico en perfecto funcionamiento para poder pasarla.
Considerando estos consejos, podrás cumplir con la normativa vigente en el país y, además, contribuir al cuidado del medioambiente. Si a ello le sumas el seguro automotriz de tu vehículo, ganarás en tranquilidad a la hora de sentarte al manubrio, sabiendo que circulas de forma segura y cumpliendo con la ley del tránsito.
